Se han enjuagado la boca con la palabra sinceridad desde José Mourinho hasta el último jardinero del Real Madrid. Incluso, la teoría de la conspiración se llegó a emplear en una asamblea societaria con aquella desafortunada frase en la que su presidente, el amo de los ladrillos, los cables pelados y los números en rojo repitió: “no nos dejaron ganar la Champions”.
Suponían los ingenuos y los cómplices que cada rueda de prensa de Mou eran un canto a la honestidad y toma de posiciones. No había forma de hacer entender a la afición blanca que su entrenador solo perseguía un objetivo: arañar puntos fuera de los campos de juego. Si lo consiguió o no, lo aclaran las imágenes, pero que su idea era cualquier cosa menos espontánea y sincera, ha quedado clarísimo.
Estrategia y su significado: arte de dirigir las operaciones militares. Conjunto de acciones planificadas sistemáticamente en el tiempo que se llevan a cabo para lograr un determinado fin. Proviene del griego Stratos = Ejército y Agein = conductor, guía.
¿A qué os suena? Efectivamente, uno de los bravucones preferidos por José Mourinho, su portavoz, es decir el dueño de su verbo cuando el míster decidía callar, también interesadamente y no para, bondadosamente, no exponer su verdad, canceló su twitter con la siguiente, y nada enigmática frase: “nueva temporada, nueva estrategia”.
Por fin, haciendo gala de una inteligencia que no tiene, aunque se la quieran adjudicar, la meta-voz del míster se dejaba escapar que todo lo dicho –mentiras- y las formas escogidas –de taberna- obedecían a un “conjunto de acciones planificadas sistemáticamente (…) para lograr un determinado fin”; es decir, repetimos, ganar fuera de los terrenos lo que dentro de los mismos fueron incapaces.
Ahora, creyendo que el gigante catalán, el opresor de la patria y sus hordas invasoras, están vencidas, han decidido silenciar al can rabioso de Mourinho. La lectura inmediata de la prensa afín es que el Real Madrid ha inducido a que Eladio Paramés –así se llama el sujeto- deje sus hábitos barriobajeros allí donde su entorno se lo permita y lejos del club que, -12 títulos en la Era Guardiola, ahora volverá a la milonga del señorío.
¿Podemos pensar que cuando Paramés dijo que Dani Alves era “un burro con gafas” lo hacía con la venia de Florentino Pérez y sus mudos asesores? ¿Se mantuvo el club al margen para lo malo y vergonzoso y ahora nos quieren hacer creer que, para lo correcto, la hidalguía cínica y rancia sí actúan? ¿O será todo obra y orden del Emperador Mou?
Sea lo que sea, el gran Eladio, de dudoso buen hacer, ha sido protagonista –mandado- de los capítulos más lamentables del fútbol español. Como decía Tito, tanto a él como al entrenador blanco, lo juzgarán el resto de su vida las imágenes del “dedo en el ojo y la colleja”. A Paramés lo ha enjuiciado la sarta de barbaridades escritas. ¿Y al Real Madrid lo debe juzgar alguien?