Y al final el entorno de Mourinho mentía, ¿con la complicidad del Real Madrid?


Por lvar Matusevich:Follow adrianboullosa on Twitter

 Se han enjuagado la boca con la palabra sinceridad desde José Mourinho hasta el último jardinero del Real Madrid. Incluso, la teoría de la conspiración se llegó a emplear en una asamblea societaria con aquella desafortunada frase en la que su presidente, el amo de los ladrillos, los cables pelados y los números en rojo repitió: “no nos dejaron ganar la Champions”.

 Suponían los ingenuos y los cómplices que cada rueda de prensa de Mou eran un canto a la honestidad y toma de posiciones. No había forma de hacer entender a la afición blanca que su entrenador solo perseguía un objetivo: arañar puntos fuera de los campos de juego. Si lo consiguió o no, lo aclaran las imágenes, pero que su idea era cualquier cosa menos espontánea y sincera, ha quedado clarísimo.

 Estrategia y su significado: arte de dirigir las operaciones militares. Conjunto de acciones planificadas sistemáticamente en el tiempo que se llevan a cabo para lograr un determinado fin. Proviene del griego Stratos = Ejército y Agein = conductor, guía.

 ¿A qué os suena? Efectivamente, uno de los bravucones preferidos por José Mourinho, su portavoz, es decir el dueño de su verbo cuando el míster decidía callar, también interesadamente y no para, bondadosamente, no exponer su verdad, canceló su twitter con la siguiente, y nada enigmática frase: “nueva temporada, nueva estrategia”.

 Por fin, haciendo gala de una inteligencia que no tiene, aunque se la quieran adjudicar, la meta-voz del míster se dejaba escapar que todo lo dicho –mentiras- y las formas escogidas –de taberna- obedecían a un “conjunto de acciones planificadas sistemáticamente (…) para lograr un determinado fin”; es decir, repetimos,  ganar fuera de los terrenos lo que dentro de los mismos fueron incapaces.

 Ahora, creyendo que el gigante catalán, el opresor de la patria y sus hordas invasoras, están vencidas, han decidido silenciar al can rabioso de Mourinho. La lectura inmediata de la prensa afín es que el Real Madrid ha inducido a que Eladio Paramés –así se llama el sujeto- deje sus hábitos barriobajeros allí donde su entorno se lo permita y lejos del club que, -12 títulos en la Era Guardiola, ahora volverá a la milonga del señorío.

 ¿Podemos pensar que cuando Paramés dijo que Dani Alves era “un burro con gafas” lo hacía con la venia de Florentino Pérez y sus mudos asesores? ¿Se mantuvo el club al margen para lo malo y vergonzoso y ahora nos quieren hacer creer que, para lo correcto, la hidalguía cínica y rancia sí actúan? ¿O será todo obra y orden del Emperador Mou?

 Sea lo que sea, el gran Eladio, de dudoso buen hacer, ha sido protagonista  –mandado- de los capítulos más lamentables del fútbol español. Como decía Tito, tanto a él como al entrenador blanco, lo juzgarán el resto de su vida las imágenes del “dedo en el ojo y la colleja”. A Paramés lo ha enjuiciado la sarta de barbaridades escritas. ¿Y al Real Madrid lo debe juzgar alguien?

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